INVIERNO

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¿Puedes creer que son de hielo?

viernes, 3 de febrero de 2012

Reseña histórica.



escuela primaria
José Vicente Villada

                     Nuestra labor como docentes permite involucrarnos con el medio que nos rodea, incluso dentro de nuestro juramento normalista, por los que alguna vez lo pronunciaron, juramos ser promotores del cambio en nuestras comunidades, sonreír a pesar de todo… etc., debido a ello nos adentramos en nuestras comunidades, porque ahora ya somos parte de ellas sin ser nativos  de esos lugares, a donde llegamos con ansias de ejercer nuestra profesión.
                     La escuela nuestro centro de trabajo tiene una historia desde antes que nosotros supiéramos que esa comunidad existía, esta escuela no solo representa la fuente de nuestros ingresos, sino también el lugar donde dejamos ilusiones, desencantos, esperanzas y fracasos, éxitos y desilusiones, donde a veces es difícil sonreír porque las cosas no van muy bien, pero que pronto irán mejor, un lugar donde se ha  visto desfilar a los futuros médicos de la comunidad y a uno que otro político exitoso que devuelven a su escuela lo que algún día les brindo, a unas excelentes  madres de familia que dicen: - esta maestra fue la que a mi me enseño y quiero que ahora le enseñe a mi hijo-.
                     Las historias se entretejen en un pequeño lugar  que cambia con la comunidad y con la presencia de todos los docentes que por aquí desfilan, dejando un trozo de su corazón en cada espacio de esta escuela,  como presentaremos a continuación.
          La escuela primaria José Vicente Villada se encuentra dentro de la comunidad de San Marcos Nepantla, un pueblo perteneciente al municipio de Acolman.
San Marcos Nepantla es una de las comunidades que colinda con dos municipios muy importantes en relación a sus fuentes de trabajo y a su desarrollo poblacional de los últimos años, que son Tecámac y San Juan Teotihuacán.
     La comunidad de San Marcos es una de las más notables de la región, ya que en la década de los 70´ era un pueblo donde entraba mucha gente a  trabajar en la época de auge en la industria de confección de ropa. En esos años los caminos ya estaban trazados por caminos de terracería, incluido el camino real por donde dicen pasó la tropa de los revolucionarios dando origen a la leyenda de” el árbol de Cabrera”, donde colgaban a los bandidos y asesinos.
    Las comunidades crecen y con ellas la necesidad de tener más servicios, uno de ellos: la educación así que se reunieron personas notables de la comunidad  preocupados por el futuro de sus hijos y de su comunidad, y dieron origen a la primer escuela que se construyó en San Marcos Nepantla, la cual estaba ubicada frente a la iglesia y contaba con dos salones, uno de ellos era amplio, el otro un poco reducido y con la clásica portada de algunos ayeres que ya están desapareciendo, la coronaba una pequeña escalinata donde tenía la Bandera Nacional.
    Debido al crecimiento de la población que se dio debido al cambio de los tractores por las maquinas de costura se construyeron grandes galerones que albergaban pequeñas fabricas de costura, también la escuela “José Vicente Villada” creció y se anexaron otras aulas a un costado de la pequeña escuelita que se usaba incluso para dos turnos y donde cuentan los maestros que les toco trabajar en ese lugar era un caos trabajar en el salón grande, ya que entraban dos grupos al mismo tiempo y resultaba difícil captar la atención de los alumnos y diferenciar entre un grupo  y otro o entre las instrucciones de una maestra y otra.
      Los apoyos que se logran dependen del esfuerzo y del interés de las personas que los requieren. La comunidad de San marcos ha  sido solidaria con respecto a conservar y hacer crecer los servicios con los que cuenta, así como los directivos y docentes que se han preocupado por hacer crecer a “su” escuela, aunque después tomen rumbos diferentes su obra se queda en ese lugar “en la Villada”. 
       Durante los años en que la escuela ocupaba el edificio de enfrente de la iglesia, los padres se encargaban de llevar el desayuno de los maestros, quienes gustosos disfrutaban de las canastas tan bien equipadas que las madres  de familia orgullosas llevaban a sus amigos los  maestros.
       Como la comunidad creció tanto en el año de 1983 fue donado un terreno en la “era” donde están los terrenos ejidales para la construcción del jardín de niños y  de la primaria. Se construyeron con material prefabricado tres aulas y un modulo de sanitarios para prestar mejor el servicio de educación primaria. De esta manera “la Villada” estaba dividida en dos: una parte de los grupos se quedaba en el centro y la otra trabajaba en “la era”, en esta última los recreos se convertían en un autentico día de campo debido a que los salones se encontraban adentrados en el campo rodeados de nopales, pastizales, pirus y güiscolotes, de modo que en las épocas de tunas los maestros y alumnos tomaban lo que su entorno les ofrecía: “Ten maestra te limpie una tuna roja”. 
       De esta manera la Villada tenía  que batallar con su población dividida en dos, aunque la principal siempre fue la del centro, ya que en este lugar se celebraban ceremonias cívicas y reuniones de profesores, así permaneció por  10 años mas hasta tener en el terreno de “la era” el cupo completo de salones necesarios para cubrir la población total de esos años y los salones del centro se quedaron vacíos, a excepción de los primeros salones que fueron ocupados por la biblioteca y los demás que en ocasiones eran solicitados a la dirección por grupos de la tercera edad, Alcohólicos Anónimos o por la delegación de la comunidad. Actualmente furos derrumbados esos edificios y se construyó  la delegación y la nueva biblioteca pública, dejando sin ningún derecho a la primaria de esos terrenos a cambio de apoyar la construcción de más aula en el terreno que ahora ocupa la Villada.
      Actualmente la escuela primaria “José Vicente Villada” cuenta con 13 aulas, una biblioteca escolar, un reducido espacio para USAER, una dirección, un modulo de sanitarios, un establecimiento escolar,  una sala de reuniones, un salón de computo, una cancha de basquetbol y una amplia explanada por donde los más de 500 alumnos juegan, brincan, corren y disfrutan su paso por la “Villada” como lo hicieron los dos médicos que atienden con sus clínicas a su gente o como el Diputado local que sigue viendo por su comunidad o como los distintos profesionistas que se han  notado por su desempeño o como las múltiples madres y padres de familia que ya no van como alumnos sino como padres de familia.
Lic. E. P. Remedios Brindis Pérez

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